La tecnología avanzaba sin control, sin debate, provocando adoración u odio, dependencia o alienación. Arthur C. Clarke comentó, refiriéndose a un posible encuentro con una civilización alienígena, que una tecnología suficientemente avanzada sería indistinguible de la magia. Pero si un periodista científico tenía una responsabilidad por encima de todas era la de evitar que los humanos aplicaran la ley de Clarke a su propia tecnologíaGreg Egan : El instante Aleph, fragmento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario