Opto por ir dejando unas imágenes para posteriores explicaciones y anecdotario.
sábado, 31 de agosto de 2013
Imágenes librescas de un verano
Después de tanto tiempo sin escribir, las palabras, apelmazadas, pugnan por seguir formando parte de la masa primigenia de ideas que bullen por el cerebro sin encontrar salida.
Opto por ir dejando unas imágenes para posteriores explicaciones y anecdotario.
Opto por ir dejando unas imágenes para posteriores explicaciones y anecdotario.
jueves, 8 de agosto de 2013
La magia del instante
Seguir el baloncesto NBA es para una afición que entronca con mi paso de niño a adolescente. Era una época en que las hazañas de Kareem, Magic, Bird, Dominique o un incipiente Michael las contaban los mayores del colegio a los que nada sabíamos de aquel lejano mundo de superhéroes, mientras tirábamos unas canastas en la desolada cancha del colegio o dentro del instituto tras saltar la valla, soñando con poder tocar la canasta .
Las horas primeras que pasé de madrugada viendo la NBA vinieron de mano de Ramón Trecet que nos contaba en las transmisiones aquello de 'estos son los momentos que distinguen a los niños de los hombres' e insistía - al menos creo recordar - antes de la transmisión de los 'All Star Game' en la dimensión mítica de aquellos jugadores.
Posteriormente llegaron a la televisión dos locutores que - confieso - al principio no acepté, como suelen hacer los adolescentes cuando cambias algo que les gusta. ¿qué es eso de poner motes a los jugadores? 'Cocodrilo Dundee Longley'...bueno aunque por lo menos divierte más que su colega, tan serio y dado a hechos y estadísticas.
Por supuesto eran Andrés Montes y Antoni Daimiel* o Antoni Daimiel y Andrés Montes, tanto monta, monta tanto.
Con el paso de los años y las madrugadas noctámbulas en casa frente a la tele, compartiendo grandes momentos de la historia del deporte fueron adquiriendo el estatus de 'guías espirituales' no solo en el baloncesto también en una especie de estética donde la música y el humor se mezclaban con la ilusión por un deporte y las ganas de hacer bien el trabajo, como hacían ellos cada noche.Recuerdo perfectamente por ejemplo el denominado 'The last shot', Hay pocos instantes en que las cosas salgan en la vida real como en las películas, tal como dice A. Daimiel. Este es uno de ellos.Por supuesto también hubo algún aburrimiento mortal de partido, pero los olvidé en las brumas del sueño y del pasado.
¿Y por qué hablo de baloncesto ahora?. En realidad visto lo escrito hasta ahora, la pregunta sería por qué no hablo más de baloncesto por estos lares. Suelo hablar de libros y el baloncesto lo sigo a través de la televisión y de revistas especializadas.Es muy raro que compre un libro de baloncesto -de hecho solo tenía hasta el momento uno,sobre Michael Jordan, por supuesto.
Ahora he comprado y leído el libro de 'El sueño de mi desvelo' de A. Daimiel.Y lo he disfrutado.
He visto la trastienda de muchas retransmisiones y de la vida profesional de un periodista, he disfrutado de mil anécdotas del añorado A. Montes y aprendido de mi deporte favorito de un conocedor como A. Daimiel.
Y, en lo personal, he rememorado momentos de baloncesto, momentos que relaciono con el paso del tiempo por mi vida propia - somos muchos - .
Ha sido en definitiva volver a estar cerca de las estrellas y por un instante ser de nuevo un adolescente enamorado del basket.
*No creo que le gustase un enlace a su biografía en la wikipedia, pero es ya la costumbre.
Las horas primeras que pasé de madrugada viendo la NBA vinieron de mano de Ramón Trecet que nos contaba en las transmisiones aquello de 'estos son los momentos que distinguen a los niños de los hombres' e insistía - al menos creo recordar - antes de la transmisión de los 'All Star Game' en la dimensión mítica de aquellos jugadores.
Posteriormente llegaron a la televisión dos locutores que - confieso - al principio no acepté, como suelen hacer los adolescentes cuando cambias algo que les gusta. ¿qué es eso de poner motes a los jugadores? 'Cocodrilo Dundee Longley'...bueno aunque por lo menos divierte más que su colega, tan serio y dado a hechos y estadísticas.
Por supuesto eran Andrés Montes y Antoni Daimiel* o Antoni Daimiel y Andrés Montes, tanto monta, monta tanto.
Con el paso de los años y las madrugadas noctámbulas en casa frente a la tele, compartiendo grandes momentos de la historia del deporte fueron adquiriendo el estatus de 'guías espirituales' no solo en el baloncesto también en una especie de estética donde la música y el humor se mezclaban con la ilusión por un deporte y las ganas de hacer bien el trabajo, como hacían ellos cada noche.Recuerdo perfectamente por ejemplo el denominado 'The last shot', Hay pocos instantes en que las cosas salgan en la vida real como en las películas, tal como dice A. Daimiel. Este es uno de ellos.Por supuesto también hubo algún aburrimiento mortal de partido, pero los olvidé en las brumas del sueño y del pasado.
¿Y por qué hablo de baloncesto ahora?. En realidad visto lo escrito hasta ahora, la pregunta sería por qué no hablo más de baloncesto por estos lares. Suelo hablar de libros y el baloncesto lo sigo a través de la televisión y de revistas especializadas.Es muy raro que compre un libro de baloncesto -de hecho solo tenía hasta el momento uno,sobre Michael Jordan, por supuesto.
Ahora he comprado y leído el libro de 'El sueño de mi desvelo' de A. Daimiel.Y lo he disfrutado.
He visto la trastienda de muchas retransmisiones y de la vida profesional de un periodista, he disfrutado de mil anécdotas del añorado A. Montes y aprendido de mi deporte favorito de un conocedor como A. Daimiel.
Y, en lo personal, he rememorado momentos de baloncesto, momentos que relaciono con el paso del tiempo por mi vida propia - somos muchos - .
Ha sido en definitiva volver a estar cerca de las estrellas y por un instante ser de nuevo un adolescente enamorado del basket.
*No creo que le gustase un enlace a su biografía en la wikipedia, pero es ya la costumbre.
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