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martes, 30 de octubre de 2007

Impuesto revolucionario

Hace tiempo vengo queriendo hablar de este tema.
Claramente se me ha adelantado Sfer en su precioso blog Librosfera
Como no podía ser de otra manera deja el enlace a la página contra el canon en el préstamo bibliotecario.

Este tema tan peliagudo me sulfura :
  • ¿Doblegaremos la esencia del préstamo, obligando al pago?
  • ¿Seguirá la administración gastando millonadas en planes de lectura para luego obligar a los ya creados lectores a que paguen para leer?

Cuando recuerdo la amable bibliotecaria de mi pueblo, dejándonos hacer los trabajos del cole en aquel antiguo garaje, con estantes desvencijados y bastante vacíos que hacía las veces de sagrado recinto de cultura y amor a los libros, pienso en la multitud de ordenadores y las conexiones a internet en las actuales bibliotecas, con tantos viejos lomos arrinconados y apolillándose en sótanos por falta de espacio. Me pregunto si todo se pesa y mide en dinero.

¿Cuánto vale pues un nuevo lector?
¿Y un lector perdido?

domingo, 28 de octubre de 2007

Aprender de un maestro

Cuando recomiendo un libro siempre me debato entre revelar o no parte de su argumento.
Hacerlo supone mermar la intriga y posiblemente desvelar parte de la trama - esto que se se suele ver en internet de spoiler -
Contenerme es aspirar a que mi prosa inspire a leer algo que no se conoce, guiado por los comentarios de alguien de cuyo juicio no sabemos nada, salvo si por fortuna hemos disfrutado de uno de los libros gracias a una palabra acertada en anterior ocasión - me pregunto si esto ha sucedido alguna vez por aquí -

Afortunadamente hay maestros que pueden ayudarme en esta labor.

Comentarios de Pérez Reverte a la novela Drácula :

A menudo llegan cartas pidiendo que recomiende un libro para jóvenes. Algo que los anime a leer. En literatura, la palabra jóvenes resulta ambigua y peligrosa, de modo que no suelo meterme en ese tipo de jardines. Cada cabeza es un mundo aparte. Por lo demás, creo que, salvo contadas excepciones, lo que establece la diferencia entre un libro para jóvenes y otro para adultos es la edad de quien lo lee. Unos textos encuentran a su lector en el momento adecuado, y otros no. El conde de Montecristo, por ejemplo, puede fascinar lo mismo a un joven de quince años que a un abuelo de setenta. Y no sabría decir cuándo es más placentero y provechoso leer La línea de sombra, El guardián entre el centeno, La cartuja de Parma, Moby Dick o La montaña mágica. Hay una novela, sin embargo, con la que tengo la certeza de ir sobre seguro, pues no conozco a ninguno de sus lectores, jóvenes o adultos, que no hable de ella con entusiasmo. Con su título ocurre como con tantas obras maestras: el cine lo hizo todavía más popular, devorándolo, y al fijarlo en el imaginario colectivo desvinculó el mito de la fuente original. Pero ese libro extraordinario sigue ahí, en librerías y bibliotecas, en buen y sólido papel impreso, esperando que manos afortunadas lo abran y se estremezcan con su invención perfecta, su belleza y su trama sobrecogedora. La novela se llama Drácula y fue escrita –a máquina, innovación técnica absoluta en aquel momento– por su autor, Bram Stoker, hace ciento diez años. Drácula es de una modernidad que apabulla. Para construirla, Stoker se zambulló en leyendas medievales, supersticiones y brumas balcánicas, vampirismo y hombres lobo, sin que nada de eso entorpeciese con erudiciones inoportunas, a la hora de escribir, la limpia eficacia de su historia, a la que aplica una factura técnica complicada, impecablemente resuelta, que ya quisieran para sí muchos de los que, a estas alturas del tiempo y la literatura, pretenden romper o reinventar las reglas del juego. La historia, que empieza cuando el joven inglés Jonathan Harker viaja a Transilvania para negociar una venta con un aristócrata local, se fragmenta en cartas, diarios íntimos, recortes de prensa, grabaciones fonográficas e incluso el espeluznante diario de a bordo –pieza maestra dentro de la obra maestra– del capitán de un navío, el Démeter, que con su perro negro ocupa por mérito propio un lugar en la nomenclatura de barcos legendarios y misteriosos de la gran literatura de todos los tiempos. Además, están los personajes. Complejos, humanos hasta el dolor, inhumanos hasta la crueldad objetiva y fría, los seres que pueblan Drácula mantienen al lector pegado a sus páginas: las dos amigas atrapadas por una atracción fatal, la desnudez fetichista de sus pies –¡cómo insiste en eso el autor!– cuando se entregan al terrible seductor, la violación-vampirización de Lucy, la impotente lucidez de Van Helsing, el sacrificio del compañero generoso, la dramática empresa de los tres amigos y su estaca en el corazón, la fanática fe del miserable y leal loco Renfield en su maestro-mesías, a prueba de manicomios… Y, por encima de todos, desde que una mano fuerte, fría como la nieve, estrecha la del joven Harker en el castillo de los Cárpatos, la extraordinaria e implacable sombra que planea sobre la novela: ese espléndido conde Drácula, cuya engañosa ancianidad y bigote blanquecino quedaron borrados para siempre, en la iconografía clásica del mito –160 adaptaciones cinematográficas–, por la magnífica palidez engominada de Bela Lugosi, la elegancia aristocrática de Christopher Lee, la escalofriante cortesía de Frank Langella y todas las derivaciones, variantes o sucedáneos generados en torno; desde bodrios infames para la tele hasta obras maestras como el mítico, genial, Vampiros del maestro John Carpenter. Y es que, por encima de todo eso, Drácula es una novela magnífica que a ningún lector deja indiferente. «La mejor del siglo», afirmaba de ella Oscar Wilde en 1897; y con Don Juan y Fausto, según André Malraux, «los únicos mitos creados por los tiempos modernos». Un pedazo de libro, vamos. De los que enganchan –literalmente– por el pescuezo. Así que, señora, caballero, profesor de literatura o quien diablos sea usted, permítame una sugerencia: si esa lastimosa criatura suya no abre nunca un libro, cómprele Drácula, o hágaselo leer y comentar en clase. A usted, de paso, tampoco le vendría mal. Échele un vistazo, y ya me contará. Tan seguro estoy de eso que, si no funciona, yo mismo le devuelvo su dinero.

Quería cortarlo, evitando trozos que dispersaran la atención del posible lector, pero no pude.
No tiene desperdicio.

jueves, 25 de octubre de 2007

Pi in the valley

Dentro de la novedosa colección de libros de matemáticas 'Desafíos matemáticos' que tenemos en los quioscos, lanzada por RBA y comentada en en sitios muy visitados, está esa primera perla:

Ajá! Paradojas que hacen pensar de Martin Gardner.

He puesto juntas la portada elegida para la colección y la original, cuyo título es casi intraducible y en cierto modo perfecto:





Lean el libro y descubrirán por 3 euros que siempre 'Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que tu filosofía puede soñar'

Dentro de este libro hay una preciosa historia que quiero compartir :

El doctor Z es un científico extraterrestre que viaja a la tierra para recoger información sobre los humanos. Encuentra un humano, Herman, cuya recomendación - todo el mundo tiene sus preferencias - es la enciclopedia británica.

- Una idea formidable lástima que no pueda llevar tanto peso. Sin embargo puedo codificarla con una única marca en esta barra de metal que llevo.
- ¿Cómo?
- elemental, querido Herman. En vuestra enciclopedia hay menos de 1000 signos y letras diferentes. A cada letra o símbolo le asociaré un número de 001 a 999, para que todos tengan tres cifras.[...]
Por ejemplo GATO podría ser, si colocamos simplemente el ordinal que corresponde a cada letra :


  • G = 007
  • A = 001
  • T = 020
  • O = 015
GATO = 007001020015

Valiéndose de su supercomputadora de bolsillo, Zeta transforma en una inmensa ristra de números la enciclopedia británica y a continuación, anteponiendo un 0 y una coma, lo transforma en un inmenso número decimal.

Para terminar, mide con enorme precisión una marca en la barra que la divide en dos trozos cuyo cociente es precisamente el número que condensa la enciclopedia.

Una vez terminada la curiosa historia de la codificación de la enciclopedia, mediante un número racional enorme (un cociente de dos números) el libro habla de Pi.
Pi es un número irracional (además es transcendente)

Si las cifras de pi son completamente aleatoria entonces :

'La aparición dentro del desarrollo de un tramo que repita una sucesión finita dada de antemano es un suceso seguro'

Es decir, siempre puede encontrarse una serie de cifras finita en un orden dado dentro del desarrollo de pi, por ejemplo nuestro 'GATO' = 007001020015, estará seguro dentro de pi.
La posición que ocupe ya la determinará, si es necesario, nuestro superordenador de bolsillo ;) .

Como podemos imaginar, los matemáticos siempre intentando generalizar podrían llegar a pensar que la propia serie de cifras que representa la enciclopedia británica está en pi (al fin y al cabo la enciclopedia es finita ¿no?) pero por extensión :

¡Cualquier obra impresa o por imprimir está en pi!

Tras unas horas para digerir el resultado y pensar en lo alocado y maravilloso de estas 'paradojas que hacen pensar', relacionando lo visto con otros libros, como siempre, se me ha ocurrido que quizá esto es lo que en su fuero interno deseaban los chicos del valle de los antiguos emperadores, en 'La historia interminable' de M. ende.

Los antiguos emperadores, perdidos sus recuerdos reconstruían cualquier historia habida ( o por haber ) tirando infinitamente unos dados con letras en sus caras.
¿No podrían ser que buscasen pi?

domingo, 21 de octubre de 2007

Nuestros libros de texto

Cuando hablas sobre libros y te dedicas a la educación es difícil no mencionar los libros de texto.
Sin embargo, lo evito, pues no suelen convencerme.
Cambian las leyes de educación, los criterios de los libros, las portadas ... pero si buceas un poco encuentras casi lo mismo año tras año .
Ignoro además si tenemos hoy día la ilustre autoría que atesorábamos hace unos años : recordemos dos joyitas de nuestro pasado reciente.

El primero de ellos, lleno de suaves colores azules que le imprimían un tono de melancólico invierno, era el libro de Anaya de Fernando Lázaro Carreter, Lengua de 1º de BUP.
Todo un director R.A.E. haciendo libros de texto para jóvenes . Buscando referencias para comentarlo, no lo he podido encontrar en el catálogo de la editorial pero, parece que no sólo yo lo echo de menos.

El segundo me toca aún más de cerca porque lo tengo como un libro de referencia quince años después de abrirlo por primera vez :


El libro que nos pidieron para opción de 'ciencias puras' de COU, allá por 1992
Publicado por Miguel de guzman y José Colera.Nunca supimos el privilegio del que disfrutábamos por tener a estos autores.
Recuerdo leer con extrañeza en las partes finales de las secciones de análisis, álgebra y geometría - que en clase nuestra estricta profesora jamás mentó - :

'La mayoría de los ejercicios que se presentan en éste y los otros libros de texto que puedan caer en tus manos no son verdaderos problemas , sino sugerencias para que ejercites las ideas, técnicas y herramientas que se te han presentado en el capítulo correspondiente [...]Un verdadero problema es una situación que se te presenta en la que sabes más o menos o bien con toda claridad a dónde quieres ir pero no sabes cómo. [...] a veces no sabrás si la herramienta adecuada para resolver el problema está entre la colección de técnicas que dominas o ni siquiera se ha creado [...] esta es precisamente la circunstancia del investigador, en matemáticas y en cualquier campo[...]'

En estas secciones el autor se explayaba : hablaba de historia de las matemáticas, de su necesidad y proponía problemas que yo casi nunca podía resolver inmediatamente y dejaba abandonados, quizá por usa mezcla de carácter apocado y vago que me caracteriza(ba).

Tantos años después, leo ahora en el prólogo, intentando no cabecear afirmativamente al tiempo que sonrío :

'El texto ofrece al mismo tiempo unos cuantos complementos que pretenden hacer percibir que la matemática es mucha más que mera rutina técnica, al igual que la literatura es mucho más que mera gramática'

He puesto en negrita una frase que he usado en numerosas ocasiones, ahora al fin sé a quién se la había copiado.

Finalmente la parte final del libro ofrece una bibliografía -insólito- en los que se incluye :

Descripción general de las matemáticas
  • Courant y robbins Qué es la matemática
  • David y Hersh Experiencia matemática
  • Aleksandrov, Kolmogorov Laurentiev y otros La matemática : sus contenidos, métodos y significado.
  • Kline, M : Las matemáticas en el mundo moderno
Historia de las matemáticas
  • Carl Boyer Una historia de las matemáticas
  • Babini y Rey Pastor , Historia de la matemática
Resolución de problemas
  • Mason, Burton, Stacey Pensar matemáticamente
  • Polya G. , Cómo resolverlo
Matemáticas recreativas y aspectos motivadores
  • Martin G., numerosos artículos
  • Guzmán M. Aventuras matemáticas
Ninguno de los cuales había sido editado Anaya, la editorial de su libro, esto raya lo inverosímil ;).

Lo dicho, una joya.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Recomendaciones

Recomendar libros y aceptar sugerencias sobre lecturas es gratificante.
Uno puede sentir cómo se abren nuevas puertas y ventanas a nuevas mentes e ideas : aire fresco renovándonos.
Por eso me ha parecido genial la iniciativa de mi amiga A. que nos ha puesto en el brete de recomendarnos libros los unos a los otros en el trabajo.

Por ahora la cosa está sólo calentando motores, tenemos :

A. : recomienda 'Los girasoles ciegos' A. Méndez

J. propone 'Como una novela' D. Pennac

S. propone 'Bella en las tinieblas' M. de Lope

P. sugiere 'La lengua del tercer Reich' V. Klemperer

R. propone 'Viajes por el Scriptorium' P. Auster

A. sugiere 'Pasiones romanas' M. de la Pau Janer

R. propone 'El niño con el pijama de rayas' J. Boyne

T. sugiere 'Kafka en la orilla' H. Murakami

Me pasa lo de siempre con las recomendaciones, cuanto más leo y creo saber, más me sorprende lo mucho que ignoro sobre autores y libros. De la lista sólo he leído mi propia recomendación :(

Y es que a veces el diálogo entre lectores puede convertirse en un mutuo descubrimiento, el encuentro con los mundos ajenos vividos en la soledad.
Los comentarios son los puentes tendidos entre las islas de pensamiento,archipiélagos de sentimiento que cada uno ha ido hollando en su andadura.

domingo, 14 de octubre de 2007

Bárbara

Como comentaba ayer, he ido al sur de la isla.
No he podido dejar de pasar por una de mis librerías favoritas, la librería 'Bárbara'. (En la foto los libros que compré)
En un espacio reducido, una esquina invisible de un pueblo bullicioso, marinero, lleno de 'guiris' disfrutando del clima y las tiendas, puedes tener la suerte de que tus ojos tropiecen con el pequeño cartel en blanco y negro de su puerta.

Lo primero que llama la atención desde fuera son las cajas con libros de segunda mano que se muestran a la entrada, buena oportunidad de conseguir la lectura de uno de esos best-sellers de Tom Clancy o Ken Follet que no te molestarías en leer en español, pero no te importaría ojear en inglés por aquello de refrescar un poco el idioma. Ídem si se trata de algún autor alemán, incluso Sueco... es una nacionalidad numerosa dentro de las que visitan el pueblo de 'Los Cristianos'.
Una vez dentro el estrecho pasillo que parece acabar tras el primer recodo abarrotado de libros, aparece otra sala donde tenemos de nuevo disponibles libros en varios idiomas, esta vez nuevos.
Pero mi característica favorita de la librería no está curiosamente en relación con los libros de que dispone, está ligada al matrimonio que la regenta.
Esta pareja de amables libreros cuya lengua nativa es el alemán, no duda en atender con fluidez en castellano, inglés y juraría que también en francés.
Además, se muestran versados en autores en nuestro idioma, de manera que al preguntarles por el último de F. Savater, por poner un ejemplo, no dudan en responder. Por las conversaciones que oteo con los clientes en inglés - desgraciadamente las que mantienen en alemán no las puedo seguir-, el tema es parecido cuando se les pregunta por autores de esta lengua.
Dos libreros clásicos pues, de los que ya no abundan y además plurilingües.
Un placer volver a pisar su rinconcito literario siempre que paso por Los Cristianos.
Finalmente, suelen hacer un pequeño descuento cuando se compran varios libros.

PD : Lo único que echo en falta es que no me preparen un pequeño plato de Strudel en agradecimiento por la entrada ;)

Visitas fructíferas

Este día festivo del Pilar he aprovechado para visitar el sur de mi isla, donde antes vivía.

Allí he tenido la ocasión de verme con mi amigo F.F. .
Hablar con él es una oportunidad que nunca desaprovecho : es una de las pocas personas que me habla libros, ideas y autores de los que no he oído hablar y además, aguarda escuchando pacientemente mis peroratas acerca de lo mucho que yo he disfrutado de este autor, de aquella frase, de tantas reflexiones ... para luego contarme sus lecturas, ocurrencias y reflexiones, más pausadas, acaso más cabales .

En realidad a veces creo que mi conversación podía resumirse en un :

X)

La visita era desinteresada, es decir, movida por el genuino deseo de compartir una charla agradable y respirar el sano intercambio de ideas. Pero hete aquí que surge un nuevo acicate para repetirlas ... efectivamente han adivinado, F.F. me ha suministrado mercancías inéditas, no se ha quedado en el mero mencionar libros, los ha materializado casi por arte de birlibirloque poniéndome en el brete de tener que aceptar en préstamo los siguientes ejemplares sin poder dar nada a cambio (en realidad le llevaba un libro que ¡ya tenía en su poder y había leído el desagradecido!)










A la izquierda, los cómics, afición que compartimos desde épocas pretéritas.
Destaco Ronin de F. Miller, una obra maestra que leí hace demasiado, el resto por descubrir.

Entre los libros, a la derecha, dos obras de O. S. Card.
FF está empeñado en que me guste - no me agradó demasiado 'El juego de Ender' - , veremos. Por lo pronto ha captado rápidamente mi atención el libro de Vicente Verdú del que no había leído nada 'El planeta americano' de Anagrama.
Creo que me va a gustar mucho, ya el principio es prometedor :

'[...]Oteando desde una localidad americana el exterior es un tinglado que cada amanecer acerca su repertorio teatral a las funciones del planeta americano. Son los demás los que pueden necesitar el conocimiento del ser y estar ejemplar de Estados Unidos'

Querido amigo : no pierda ud. las mañas.
Descuide que sus libros serán leídos como merecen.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Divulgacion científica y medios de comunicación III

Como decía hace poco, he tenido la suerte de poder acudir a la jornada de Divulgación Científica y Medios de Comunicación, organizada por la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia (Fundoro).

Para Terminar esta serie de tres entradas, hablaré de la más polémica de las conferencias : la del Sr. Erik Stengler Larrea (pueden leer algo suyo por aquí y aquí).

¿Por qué terminar con la conferencia más corta y polémica?

Porque me removió, me atrajo y repelió a partes iguales : en definitiva me hizo pensar y reflexionar sobre el papel de la ciencia en el día a día de nuestra sociedad y sobre las dificultades de la divulgación científica.

En su conferencia 'Cultura y entretenimiento : una divergencia falaz' el Sr. E. nos ahorró términos técnicos y ampulosidades, entró directamente al trapo.

'¿Qué estamos haciendo mal?', se preguntaba.

Se refiere por supuesto a la divulgación de la ciencia, a su difusión.

Desde una reflexión personal y con el valor añadido de hacer sus consideraciones desde el meollo del asunto, opina que en la divulgación de la ciencia 'adoptamos una postura de educadores y eso no interesa a los adultos'.
Hemos de ponernos pues, al nivel de los demás y no caer en los vicios de la divulgación cultural.
Criticó la actitud de la divulgación científica que se ve a sí misma como fundamental para la sociedad, como algo muy importante e imprescindible.

¿Metas futuras para la divulgación? Convertirnos en entretenimiento 'como la ópera en su inicio, un espectáculo popular que ha sobrevivido en forma de cultura'.

'Desde la divulgación de las ciencias no debemos evitar formatos [...] hemos de participar en los magacines de la tarde, en los espacios de radio y tv junto a la economía, salud, agricultura...'

Para escándalo de los presentes declara que se alegra de que la ciencia no se publique de forma conjunta en la sección de cultura de los periódicos. Evitamos así elitismos ajenos, interpreto.

Aún así, insiste en que para él la ciencia es cultura aunque se alegra de que no sea considerada habitualmente de esta forma.

En definitiva, palabras para meditar, procedentes de alguien que opina desde el ejercicio de la profesión.

Hay que destacar lo animado del debate posterior a su intervención.
Por ejemplo, se comentó que 'ojalá la ciencia tuviese el mismo tratamiento que la cultura en los periódicos' refiriéndose a la extensión de la misma y ,supongo, a las profundidades y tecnicismos que no se eluden en los casos de los suplementos culturales ¿alguien ha leído últimamente críticas de cine o de libros ? ;)
Por otro lado, Daniel Duque, coordinador del suplemento 2C Ciencia y Cultura , del periódico La Opinión de Tenerife, es un ejemplo vivo de que Ciencia y Cultura también , parafraseando al propio conferenciante, son una divergencia falaz.

jueves, 4 de octubre de 2007

The president of the USA


Hace poco sacaba a colación citas para comenzar capítulos, entre ellas había una del señor George Washington :

'Nada puede merecer más nuestro patrocinio que la promoción de la ciencia y la literatura. El conocimiento es en todos los países la base más segura para la felicidad pública'

En efecto, en contra del criterio de algunos, ha habido presidentes incluso brillantes en los USA.

Una muestra de lo interesado que algunos de ellos estuvieron en la educación de sus conciudadanos, y ¡oh sorpresa!, incluso en la propia la tenemos en el libro 'El universo de las matemáticas' de William Dunham.

El libro se divide en sucesivos capítulos que comienza cada uno con una letra del alfabeto. La Aritmética, Los ensayos de Bernoulli, El Círculo ...

El título de cada capítulo es una excusa para un ameno recorrido por las matemáticas, sin excluir anécdotas e historias de sus descubridores (¿inventores?) : los matemáticos.

En el capítulo que empieza con H de hipotenusa, donde habla sobre la importancia del teorema de Pitágoras, nos presenta palabras de varios de los presidentes de los estados Unidos de Norteamérica sobre las matemáticas.
¿Y eso? : bien, al parecer el Sr. James A. Gardfield contribuyó a las mismas ni más ni menos que con una demostración de dicho teorema.

Entre las citas de presidentes :

'La investigación de las verdades matemáticas acostumbra la mente al método y al correcto razonamiento, y es un trabajo particularmente digno de los seres racionales ... Desde el firme fundamento de la demostración matemática y filosófica, somos llevados insensiblemente a muchas más nobles especulaciones y sublimes meditaciones' G. Washington

'Me dije : " Lincoln, nunca podrás ser un abogado si no entiendes lo que significa demostrar"; y dejé Springfield, marché a mi ciudad, a casa de mi padre, y permanecí allí hasta que pude leer todas las proposiciones de los seis libros de Euclides. Entonces encontré lo que significa 'demostrar' y me volví a mis estudios de leyes.' A. Lincoln

Por cierto, el libro pertenece a una colección de la editorial Pirámide donde también está está incluido el precioso libro de Miguel de Guzmán, 'Para pensar mejor' : toda una invitación a flexionar nuestros músculos mentales.