La visita más cara
Con 'la visita más cara' no me refiero a la visita del ministro Wert a La Laguna, inaugurando la restaurada catedral (obra cuya entrega estaba prevista ¡para 2007! ). La visita de Wert simplemente ha desplazado a unos trescientos policías con al menos 14 furgones blindados y un helicóptero todo ello sin incluir las pérdidas comerciales de varias calles cerradas al tráfico.Incluso confirmo que no hubo desperfectos alguno en mobiliario urbano. ¿qué es eso para un estado con un PIB de cientos de miles de millones de euros como España? peccata minuta, vamos.
Lo caro de la visita fue indiscutiblemente para un servidor que se ve obligado al pasar por la ciudad universitaria a ciertas citas ineludibles con sus librerías.Y claro, no podía dejar pasar tan magna ocasión.(Me refiero a las librerías, no a la visita del ministro, a esa también fui.No perdí tanto dinero, quizá sí un poco de voz)
De las compras de arriba,el libro de Mosterín fue el más salado -lógico, fue en Lemus -.Aunque, no lo niego,lecturas anteriores de este maestro me estaban llevando a la necesidad imperiosa de comprarlo. Es un filósofo con una aproximación dura a la ciencia. Un libro para estudiar despacito más que para leer,me temo.
En Tenifer, la clásica librería de segunda mano, con sus libreros llenos de adorables recomendaciones prestas a vaciar nuestro paupérrimo bolsillo y devolver la horizontalidad a sus abarrotados anaqueles, cayeron el libro de Georges Simenon que adquiero tras numerosos elogios de por aquí y por allá a su autor, así como por una cierta
De la introducción de 'Los premios Hugo 1955-1961' entresaco unas maravillosas citas* del buen doctor Asimov :
- Vivíamos cada mes a la espera de los días en que un nuevo ejemplar de nuestras revistas debía aparecer a la venta.Aquellos días rondábamos los quioscos como almas en pena y cuando por fin la llamativa cubierta de un nuevo ejemplar surgía ante nosotros,difundiendo por el aire una descarga eléctrica, entregábamos nuestro cuarto de dólar y la cogíamos con tembloroso placer.(Es muy fácil duplicar esa sensación cuando uno ya es adulto.Cualquiera al que se le haya muerto un tío rico dejándole un millón de dólares libres de impuestos conocerá perfectamente esta sensación)
- Dejemos que los filisteos tengan sus Oscar y sus Emmy, nosotros tenemos los Hugo
*amén de una tosca imitación del humor campechano y autorreferente del maestro en sus introducciones.