Los comienzos son siempre difíciles, eso decía un libro que leí tiempo atrás.
Libros,libros ... ¿Todo está en los libros?
Cuanto hacemos, lo que somos (polvo en el viento decía la canción) desaparece cuando ya nadie nos recuerda. Hemos inventado la palabra, los cuentos de padres a hijos y de viejos a jóvenes.
Cuentos al amor de la lumbre, memoria de las vidas pasadas.
La memoria colectiva no podía desvanecerse, ahí están los libros.
La imaginación fecunda de todos nuestros antepasados debe seguir viva.
La inmensa inspiración de los eternos poetas debe perdurar en la memoria de los hombres.
Permitidme aspirar a mi ración de eternidad, hablaré de la vida y de cómo la recrean y reinventan los libros.
En este ir y venir de comentarios, hablaré de autores y obras.
Vaya siempre por delante mi más sincera gratitud por los momentos inolvidables que sus libros me proporcionaron.
Sepan disculpar los errores u omisiones en mis juicios y comentarios. todos ellos, equivocados o no, son mis personales apreciaciones.
Me permito terminar citando un inmortal poema (nunca mejor dicho) de F. Quevedo
'Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera...
...su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.'
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario