Buscar este blog

viernes, 12 de junio de 2009

Reirse a con ciencia

Estoy disfrutando una barbaridad con 'La partícula divina' De Leon Lederman.
Este libro del que tanto había escuchado, me habían aconsejado, había iniciado en falso y por fin he comenzado.
Desde el principio alterna fresco humor y un acercamiento a los conceptos simple para los que no saben nada a priori e iluminador para los que hayan pasado por encima de ellos en algún momento de sus estudios. Nada que ver con la pedantería el estilo pomposo de Brian Green o de Richard Dawkins - mis disculpas a sus acólitos -
Me ha recordado a la hondura de un S. Weinberg, salpicada de las chispas de ingenio de divulgadores de la mayor talla.
No renuncia, como muchos de los libros de divulgación hacen, a poner ecuaciones y qué ecuaciones : Newton, Maxwell,¿ cómo entederíamos un libro de historia del arte sin alguna foto? Pues eso, nunca están de más. Astutamente presentadas, siempre reniega - con los deditos cruzados - de las matemáticas y trata de visualizarlas como imágenes.
El sentido del humor que destila es el que uno esperaría de un veterano que no está ya pendiente del qué dirán, doblemente difícil porque no es lo mismo ser gracioso cuando no se pueden poner caras o imitar acentos.

Un ejemplo:

'En el curioso mundo del átomo, se le da al electrón un radio nulo. ello da lugar a unos cuantos problemas obvios:
- Si el radio es cero ¿qué es lo que gira?
-¿Cómo puede tener masa?
-¿Dónde está la carga?
-Para empezar, ¿Cómo sabemos que el radio es cero?
-¿Me pueden devolver el dinero?'

Destacaría además la cualidad diferente como divulgador de Lederman respecto los socorridos clásicos Paul Davies, Michio Kaku, Brian Greene ... : es un físico experimental y bien que se encarga de recordárnoslo. Olvídense de Platonismos en la visión del mundo, aquí se trata de probar, ya sea robando horas al sueño hasta altas de la madrugada en el laboratorio o durmiendo en los pasillos de los aceleradores, lo que se postula desde los despachos de los teóricos.
Además no pierde ocasión para pasar una pequeña facturilla en forma de chanzas a sus colegas de bata y pizarra.

Todo un descubrimiento de libro.

6 comentarios:

Damián Marrero Real dijo...

Lamentablemente pertenezco, como decía el editor de Hawking, a ese porcentaje de lectores que desertan cuando le ponen un par de ecuaciones delante.Qué le vamos a hecer.

Palimp dijo...

A puntado. Que buen título, pardiez.

wraitlito dijo...

@D. Es una lástima, las ecuaciones bien interpretadas son imágenes y muy expresivas.

@Palimp : al parecer fue más cosa del editor que del autor, quizá te guste el subtítulo : 'Si el universo es la respuesta ¿Cuál es la pregunta?' ;)

Saludos

Anónimo dijo...

¡Este es el libro que te recomendé hace tiempo! (Y no la novela de igual título, que no conocía...)

Bueno. Abrazos, J. M. Almira

Pero, hoy por hoy, te recomiendo otro libro muy interesante: "Física de las noches estrelladas" (Yo estoy enganchado) (También estoy leyendo uno sobre Maxwell, en inglés, cuyo título es: "Maxwell. El hombre que lo cambió todo"...) El de Wiener estará en el mercado en septiembre, según me ha escrito hoy mi editor...

wraitlito dijo...

@J.M. : iré raudo a ver esas recomendaciones.
Cuando salga tu libro, si quieres, puedes hacer una glosa por aquí.Tienes a tu disposición el espacio que desees.
Saludos.

omalaled dijo...

De todos modos, ese libro hay que recomendarlo con algo de prudencia. Las primeras 100 paginas se pueden asumir bien, pero debes reconocerme que hay un punto en que el nivel lo sube bastante.

No obstante, he de decir que el autor debe ser un tío muy simpático, y el ejemplo que has dado es muy bueno. A mí, no obstante, me gustó más el trozo que saca a los dos físicos que explicaban por qué hay más materia que antimateria (claro, la razón de por qué existe el Universo y por qué nosotros estamos aquí) y acaba diciendo; "fulanito, menganito... unos tíos estupendos"

Salud!