No suele ser este un blog con tendencia a hablar de la poesía, pero es que para mí la poesía entra en una especie de esfera íntima.
Me entero por Antonio que Hoy se cumplen 80 años del considerado acto fundacional de la generación del 27: el homenaje a Góngora y nada mejor que un poema para celebrarlo:
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
Miguel Hernández
2 comentarios:
Muchas gracias. El año que viene oiremos hablar mucho de Miguel Hernández, así que considero este poema un avance poético.
Gracias a uds. por la iniciativa. Como digo, este poema significa muchas cosas personales para mí.
Saludos
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