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Pero tenían a dónde escapar. Era su derecho, su herencia: eran americanos y estos siempre habían viajado hacia el oeste cuando las cosas se torcían. Hacia el oeste, hacia donde el sol se oculta y los hombres tienen la oportunidad de volver a empezar.[...]Cuando acabaron de construir, fueron al mar para descubrir a qué habían venido y eso les inquietó. Por primera vez en su vida estaban atrapados.[...]Habían llegado al final del continente que les habían hecho creer que era interminable.En la tierra ya no había nada nuevo.[...] Fueron sus hijos los que empezaron a sentirse descontentos. Fuimos nosotros los que nos impacientamos.Nuestros padres eran demasiado viejos para recordar cómo se sintieron ellos en un momento dado, así que les parecía que nosotros éramos unos rebeldes y unas ovejas negras.Éramos fuertes,robustos y la mayoría teníamos el pelo rubio y largas extremidades. [...]
Decían :
-¿A que es fabuloso?
y nosotros nos limitábamos a mirar con fascinación las olas.'
El gran miércoles. John Milius, Dennis Aaberg
Tengo el recuerdo de mi querido y rubio A.B. sentándome a ver esta película, hablándome de olas, aventuras y chicas.
Este libro ha despertado memorias juveniles adormecidas, imágenes de largas tardes de verano, el frío tras horas cogiendo - perdiendo- olas y la superficie cambiante del mar, hipnótica, como la hoguera de los antepasados.
A.B. donde quiera que estés, fuiste un gran tipo.
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