Últimamente echo de menos algunos - muy apreciados - ejemplares de mi biblioteca.
No quiero señalar...pero he debido reponer los más queridos.
Y es que, para mas inri, suelo prestar los que más recomiendo, lógicamente los que más me gustan.
Buen momento para recordar estas vetustas normas, efectivas en las grandes ciudades universitarias de Salamanca y Oxford.
Adquirida en Salamanca
Adquirida en Oxford
Pues eso, los pondré colgaditos en los anaqueles y no osen pedir prestado pues obraré como el marqués de Siruela : antes regalaré que prestaré mis queridos libros. ;)
jueves, 26 de noviembre de 2015
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