La gloriosa idea de portada del libro y la anterior lectura de 'El planeta americano' de Vicente Verdú me impidieron cesar de leer 'fast food Nation' de Eric Schlosser hasta haberlo merendado completamente.
La broma de la foto viene de mi gusto por la comida rápida, mitigado por efecto de una lectura que necesita de una buena digestión como es el caso.
Puntualizo que fue comprada en una pequeña hamburguesería, fuera de las grandes cadenas y dotada de un leve exotismo, abierta por un californiano en mi ciudad favorita. Ya explicaré la necesidad de la puntualización.
Este libro, del cual existe una versión fílmica que desconocía, desgrana y analiza meticulosamente una serie de hechos sobre la comida rápida, sus forma de producción, la publicidad, comercialización y los mercados ganaderos, industrias cárnicas, fabricantes de sabores e ilusiones y condiciones laborales anejas que, muy lejos de ser de dominio público, son francamente distintas de los topicazos habituales.
Schlosser no nos hablará de las leyendas urbanas que rodean las comidas rápidas : concretará y documentará ampliamente historias menos expectaculares y más sórdidas.
Esta primera parte del comentario habla de industrias.
El principio del libro entronca con la historia de los pioneros.
Por ejemplo recuerda las palabras de R. A. kroc, el que expandió esa cadena de 'restaurantes familiares', refiriéndose a la negocio de la comida rápida :
'Mire, es ridículo llamar a esto industria.No lo es. Esto es la rata que se come a la rata y el perro que se come al perro. Los mataré, y voy a matarlos antes de que ellos me maten a mí. Está usted hablando del sistema americano de supervivencia de los más aptos'
Este personaje tuvo relación personal y comercial con W. Disney - E.E.U.U. es un pañuelo -, lo cual quizá generó ciertas similitudes de pensamiento:
'No olvidéis esto - les dijo Disney- : es la ley del universo que los fuertes sobrevivan y los débiles se queden por el camino; y me importa un bledo qué plan idealista se invente : nada puede cambiar eso'
¿Qué sentiría esta dulzura al escucharlo?
En fin, duros como rocas, los pioneros de las megaindustrias.
La explosión urbanística posterior a la segunda guerra mundial contribuyó al desarrollo de una potente industria automovilística; con la creación de la enorme red viaria debida a ingentes inversiones federales, inversiones que no se hicieron en ferrocarriles ni tranvías.
'La industria automovilística no se limitó simplemente con recoger los beneficios de la construcción de carreteras financiadas por el gobierno. Estaba decidida a acabar con la competencia del ferrocarril por cualquier medio que fuera necesario.'
Más de un centenar de líneas de tranvías fueron compradas y desmanteladas por un conglomerado de empresas automovilísticas a través de empresas intermediarias para ser desmanteladas a continuación.No teman, luego los ejecutivos que tramaron tales confabulaciones fueron condenados a pagar un dólar cada uno, según sentencia de un tribunal federal americano. ;)
De forma simultánea a los nuevos carriles y a las grandes conurbaciones, se extiende el concepto de 'drive-in' : locales como restaurantes, bancos, cines donde se sirve a los clientes sin que estos tengan que bajarse del coche.
Es el fermento de un nuevo modo de vida.
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5 comentarios:
A ver si al fin puedo dejarte unas líneas...
¿Cuál es la versión fílmica de todo esto?. besos, sos
Ésta
Saludos
Continúa el post, que estaba muy interesante.
He visto la película, pero desconocía que estaba basada en el libro de Erich Schlosser, pero creo que con la peli ya me basta. No soy aficionado a la comida rápida. Una vez llevé a mis hijas a MacDonalds para atenuar el mono que tenían de hamburguesas. Para mi sorpresa hay muchas familias medias (incluso con cultura) que son adictos a este tipo de comida. La peli desde luego es aleccionadora. Salud.
Lamento no haber respondido este comentario en su momento,Joselu.
Si lees las tres entradas relacionadas con el libro, verás que va bastante más allá de las grasientas hamburguesas.
Saludos.
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