La estatua del lector - sin ninguna leyenda aneja - está al inicio de la calle comercial principal de Heidelberg, en Alemania.El libro se encontraba entre las páginas de metal.Parezco concentrado : no se engañen por la pose, no pude leerlo.
Reconozco que estuve tentado de llevármelo.
Surgieron dos inconvenientes : el primero y más grave, soy un absoluto ignorante del idioma alemán, lo cual lamento profundamente.
El segundo - quizá más soslayable- el tomar libros de esta forma implica un compromiso para liberar también alguno de los tuyos y, no lo duden, no estoy preparado para esos disgustos.
Por cierto, el libro no duró allí ni una hora, al volver a pasar había desaparecido.
3 comentarios:
Hace unos meses me encontré, también por casualidad, uno de esos libros "liberados" en un pub que suelo frecuentar. El dueño, Gonzalo, me explicó la movida y me pidió ayuda para convertirse en un punto oficial de "bookcrossing". Le pasé una docena de títulos y la cosa arrancó, aunque está pobre, pobre. Me temo que los que cogieron algunos de los libros -otros siguen estando allí- lo hicieron más por el morbo de llevarse algo y esa extraña sensación de que tener un libro equivale a haberlo leído -y conocerlo bien, además-.
Por cierto, los libros que "liberé" los tenía repes.
Al parecer ocurre como con las casas, todo el mundo las quiere en propiedad.
Es curioso lo que comentas, parece que poseer un libro transmite cierta sensación de haberlo leído, conocerlo ... a mí me pasa con los de la carrera, los tengo por ahí, como si pudieran pasarme por ciencia infusa sus conocimientos.
Saludos
P.D.:Me alegra verte por aquí.
A mi también me pasa con los de la carrera, y eso que todavía no la he acabado.
Saludos
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