Se lleva uno decepciones.
Por ejemplo, la de visitar la Biblioteca Nacional de España, país del que por cierto soy ciudadano, y que me denieguen la entrada a la zona de biblioteca por no 'ser investigador o estar escribiendo un libro'.
Me consoló poder visitar el museo del libro y una exposición.
Aunque me supo a muy poco estar en la cercanía de millones de volúmenes y no poder girar sobre mí mismo con los ojos muy abiertos, intentando asir ese momento de comunión y éxtasis místico.
La cosa puede empeorar al percatarme de otras categorías donde no entro.
Ha sido un cruel desengaño por ejemplo, descubrir - gracias MJ -la publicidad de telefónica que permite entrar en la biblioteca nacional.
Quizá debiera haber intentado metas más modestas
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2 comentarios:
Te lo tengo dicho, lee menos y escribe más.
Pues va a ser que sí.
Saludos
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