Y por aquí nos encanta Gerald Durrell.
Nigel Barley es un antropólogo que ha desmenuzado su trabajo y experiencias con humildad para nosotros neófitos, con frases que resumen la esencia de cualquier actividad donde predomine la creatividad, la adaptación a las circunstancias variables y no predecibles, la dificultad de trabajar con humanos y tantas cosas que no caben en un epígrafe o apéndice de un libro de la facultad .
Me encanta por ejemplo el inicio del quinto capítulo:
[] Habiéndome enfrentado a tantos impedimentos, me di cuenta, no sin un pequeño sobresalto, de que me hallaba por fin en la situación de 'hacer antropología'. Y cuanto más meditaba sobre este concepto menos claro lo veía. Si me pidieran que describiera una persona dedicada a esta actividad, no sabría cómo reflejarla, Sólo se me ocurriría representar a un hombre subiendo una montaña (camino del lugar donde 'hará antropología') o redactando un informe (después de 'hacer antropología')
El antropólogo inocente.Nigel Barley.Anagrama
Es increíble lo que me recuerda esta situación a mi primera vez como docente en un aula. Imagino que cualquier actividad no automatizada tiene un componente de 'saber hacer' procedente de la propia experiencia de la situación, imposible de reducir a términos concretos, a instrucciones algorítmicas o a recetas estructuradas.Es decir : para aprender a hacer (minimamente bien, se entiende) es necesario un cierto grado de 'haber hecho'.O quizá es que sabía (y sé) muy poco, todo puede ser.
Volviendo al libro, las situaciones relatadas suelen verse desde una perspectiva muy lejana a la idealización de la ciencia y fuertemente asentada en la - muy sufrida - experiencia mundana del experimentador, al fin y al cabo parece que el libro surgió de unos apuntes de la experiencia vivida, más que de un resumen de un informe antropológico para la universidad. Enfermedades, penurias alimentarias y económicas, problemas burocráticos, dificultades idiomáticas y por encima de todo la barrera de la incomprensión de otros mundos, los mundos correspondientes a otras sociedades humanas organizadas de formas 'completamente' ajenas a la nuestra.Viene a colación una frase de pseudópodo parafraseando a Ruth Benedict : si algo parece absurdo [...] lo primero que hay que plantearse es que a lo mejor no lo hemos entendido bien
Decididamente, N. Barley se plantea con obstinada determinación este objetivo, además va rompiendo con sus propios prejuicios durante su estancia en Camerún con los Dowayos.Por ejemplo, con los misioneros:
Los antropólogos jóvenes son una autoridad en todo lo concerniente a los misioneros antes de conocer ninguno, pues desempeñan un importante papel en la demonología de la disciplina, junto con los administradores engreídos y los colonos explotadores.[...]todo esto estaba en mi subconsciente cuando llegué a la misión norteamericana de N'gaoundéré. Hablar siquiera con los misioneros era una traición al espíritu de a los principios antropológicos [...] Para sorpresa mía, me recibieron calurosamente. En lugar de ser agresivos imperialistas culturales, los misioneros me parecieron - con la excepción de un par de la vieja escuela- extremadamente reacios a imponer sus puntos de vista.
El antropólogo inocente.Nigel Barley.Anagrama
De vuelta a casa aún habría de dedicar muchos meses de investigación y detallado análisis a perfilar los últimos detalles del sistema pero la estructura básica de todo lo que había presenciado y anotado concienzudamente durante mi trabajo de pronto encajaba y 'cobraba sentido'. Los momentos de 'eureka' son siempre emocionantes.
El antropólogo inocente.Nigel Barley.Anagrama
Qué decir del rasgo que más me gusta del libro : su fantástico humor.
Un humor nada autoindulgente para superar penurias, soledad, frustración, dificultades de comprensión, aburrimiento...una maravillosa gratificación para el lector en cada rincón del libro.
Lo mejor de todo : el libro tiene continuación. Ardo en deseos de conseguirla.
Definitivamente, 'Hay otros mundos pero están en este'.
1 comentario:
simply dropping by to say hey
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