Buscar este blog

sábado, 7 de abril de 2007

Maestro


¿Quién no ha tenido un maestro al que admiró y cuyas palabras podría repetir años después? ¿Quién no se paró alguna vez, asombrado reflexionando, al escuchar palabras que iluminaban y daban vida, dimensión casi corpórea, a ese frágil concepto, esa idea vaga que se nos escapaba cuando con los ojos de la mente pretendíamos asirla?... Hace años tuve la suerte de tener como Profesor a J.C., de mirada amable y ciertamente despistada que brillaba luminosa cuando se trataba de ilustrar sus adoradas teorías de campos y sus ligaduras holónomas. Escribía unos apuntes deliciosos, verdaderos libros de referencia para nosotros con una profundidad y erudición enormes y aún así merecía completamente la pena ir a sus clases porque siempre escontraba esa perla de sabiduría que me hacía volver a casa entusiasmado a comentar a los compañeros del piso 'mira lo que ha dicho hoy Cariñena...'
En fin hay maestros que uno tuvo, disfrutó y apreció. Seguramente hubo otros que no supe o pude aprovechar por las circunstancias y también los que pasaron sin pena ni gloria -como yo por sus clases imagino - .Pensándolo bien hubo un cuarto tipo : los que debí haber denunciado a la inquisición por ineptos- energúmenos.

Incluso hay algunos dentro de una categoría especial : los maestros que nunca lo fueron directamente pero me llegaron a través de su obra.
Dentro de esta categoría me gustaría presentar al señor Miguel de Guzmán
Lo conocí por una de esas obras de anécdotas de científicos que tanto me gustan : 'Los matemáticos no son gente seria' que escribió al alimón con el también matemático Claudi Alsina. En concreto es un librito editado en 2003 por una editorial que ni me suena 'Rubes' y que compré por casualidad - y por el título, claro -
Una de las geniales anécdotas que describe está protagonizada por el titán de las matemáticas D. Hilbert : se celebraba una fiesta en su casa y su mujer le comenta que se acerque al dormitorio a cambiarse de camisa. Al llegar al dormitorio el hombre se quita la camisa y como no recuerda por qué ha ido deduce que debe seguir desvistiéndose y acostarse, con la consiguiente guasa cuando transcurrido un rato la mujer vuelve a buscarlo porque no ha regresado.

Luego de disfrutar este libro lo leí con frecuencia la página que mantenía en internet y posteriormente compré otros dos libros suyos que me han impresionado : 'Mirar y ver' editado por Nivola y 'Para pensar mejor' editado por Pirámide.
El primero ha conseguido algo que -quizá por deficiencias en mi formación - yo nunca había logrado, interesarme en razonamientos geométricos elementales ( no confundir elemental con simple ) incluso lograr que entendiese alguno ;) . Por ejemplo la desigualdad de Young que ni había escuchado jamás y comprendí casi al tiempo que leía por la claridad de la exposición y lo acertado de las ilustraciones que la acompañaban.
El segundo libro lo entiendo como una obra redonda de este también licenciado en filosofía, amén de doctor en matemáticas - qué envidia - para romper con el miedo que quizá nos atenaza a los menos dotados para este divino arte de las matemáticas, el razonamiento abstracto. El autor se pregunta en el capítulo 0 '¿podemos pensar mejor?' y más delante responde 'Podemos someter nuestros propios proceso mentales a un entrenamiento que nos capacite para realizarlos de una manera más eficaz'. En forma de numerosos problemas desde muchos enfoques, con consejos prácticos, ilustrados con citas... es una joya. Confieso sonrojado que no lo he terminado, pero este libro no es de simple lectura, es una obra de referencia, para ser detenidamente examinado con lápiz y papel al lado y uno está un poco acelerado ultimamente -excusas,excusas -.
Por cierto al respecto de libros de matemáticas, merece realmente la pena leer al maestro de blogeros Tio Petros en sus comentarios y también el resto de su blog que es una gozada .

En fin, desgraciadamente el Sr. Miguel de Guzmán falleció prematuramente hace pocos años.
Recuerdo que leí con emoción y con el sentimiento de haber compartido, de forma lejana pero vívida su docencia, el texto que se le dedicó In Memoriam, del cual entresaco las bellísimas palabras conque una de sus alumnas le despidió :

Homenaje a Miguel de Guzmán

Conocí a Miguel de Guzmán en 1972 como alumna de Análisis Matemático en la antigua Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Complutense y, desde entonces, no he dejado nunca de sentirme discípula suya.
Su modo de entender y “mirar” (una palabra que él usaba muy frecuentemente) las matemáticas supuso la apertura de otros horizontes para muchísimos miembros de mi generación, sumergidos en una enseñanza arcaica, y a menudo estéril, de esta ciencia cuya naturaleza es, por definición, paradigma de fertilidad intelectual.
É l sabía hacer sencillo lo complejo y, desde mi punto de vista, esa actitud no era más que el reflejo de uno de los rasgos más hermosos de su carácter: la humildad.
Desgraciadamente es muy habitual entre los científicos reconocidos hacer de su saber una parcela inasequible para la gran mayoría y considerar la oscuridad una cualidad intrínseca a la excelencia.
Miguel nunca consideró que la brillantez intelectual de sus trabajos fuera incompatible con la posibilidad de acceso a ellos para todos los interesados y por ello dedicó sus enseñanzas a un amplio y variado grupo de personas de todas las edades y con distinta formación académica que le han seguido a través de libros, conferencias o Internet.
Se ha ido en un momento de plenitud creativa que nos deja huérfanos, y en algún modo perdidos, a los que hacemos de la enseñanza nuestro “camino de perfección” y nos responsabiliza de la tarea de continuar investigando y descubriendo formas nuevas de acercamiento y comunicación entre las matemáticas y el conjunto de la sociedad.
Lamento profundamente su pérdida. Por nosotros, los que le conocimos, admirábamos y queríamos, y también por los jóvenes de hoy y de mañana que han perdido con su ausencia el estímulo y el ejemplo de su calidad humana, de su saber y de su profundo amor por la enseñanza, la cualidad más valiosa en un maestro de tantos maestros.

Ana Casaravilla Gil- Catedrática de Enseñanza Secundaria (en excedencia) Profesora Titular de Escuela Universitaria Dpto. de Matemática Aplicada a la Arquitectura Técnica (U.P.M)”

1 comentario:

wraitlito dijo...

Es un altísimo e inesperado honor que hayas escrito en mi página, Tio Petros.
Es obligado preguntarte
¿Volverás a la carga con esa excelsa labor algún día?
Saludos