Ahora puedo mostrar el ambiente de los centros comerciales los días previos al 23 de Abril.
Puedo ilustrar la pequeña feria benéfica de mi centro en beneficio de los damnificados de Haití
La pila de libros del fondo a la derecha son mis donaciones. Aún mejor se ven aquí :
Efectivamente, seré un herético, pero detesto Dune.
Tras haber terminado exclusivamente la primera de piezas de Frank Herbert y sufrir de indigestión con la segunda. Quizá algún día otro' yo' más evolucionado, ecologista y mesiánico, proveniente del futuro me haga arrepentirme de estas palabras, pero hoy día me parece una obra farragosa al extremo de la náusea.
Finalizo con la emoción de los oropeles del éxito.
Tras anunciar con deleite anticipado mis gustos, dispuestos los ojos cerrados y las manos tendidas a recibir mi ansiado regalo del amigo invisible, he obtenido cero comentarios a la maravillosa obra arquitectónica no finalizada que es este blog, amén de la segunda parte de una trilogía de Nora Roberts. Las lágrimas en los ojos me impiden leer el título.
Estoy que no quepo en mí.
PD: No sé si tendrá otras cualidades pero la Sra Roberts es increíble por prolífica.
6 comentarios:
Coincidimos en Dune -aunque el primero no está del todo mal- y enhorabuena por ese regalazo de amigo invisible que te ha tocado ¡que suerte tienen algunos!
Je suis desolée, je t`aurais jamais achetè une chose comme ça.
Leí la trilogía de Frank Herbert hace más de veinte años, pero guardo un apasionante recuerdo de ella. El mundo de los fremen y toda la mitología implicada en el mundo de Dune eran la expresión de una época. Fue publicado hacia 1965 y 1966. Era una década visionaria e imaginativa, de experiencias psicodélicas, de búsquedas de alternartivas al sistema. En aquel contexto encandiló a los jóvenes de aquellas generaciones. También Cortázar publicaba Rayuela por aquellos años. Sin embargo, Cortázar y Dune han quedado anacrónicos en nuestro tiempo. La realidad ha ido en dirección contraria a la que recreaban estas obras. La imaginación ha sido sustituida por la burocracia, la libertad por el pensamiento correcto y nuestra vida está más controlada que nunca. El ser humano occidental -el potencial lector de Dune- ya no está en aquellas coordenadas. Hoy vivimos controlados por los bancos, la escuela, la corrección política... y la vida ha perdido el componente de salvaje que pudo tener en otro tiempo. Admito que Dune -un prodigio imaginativo y místico- ya tiene poco recorrido en nuestra realidad, y entiendo tu reacción. Si pudiera yo te los compraba. Algún día volveré sobre ellos, pero probablemente me producirá tanta tristeza como releer a Cortázar. Nada ha sido como nos imaginábamos.
@Palimp:estoy feliz de conocer a N. Roberts, una de las grandes ... ;)
@AEB: Lo sé.
@Joselu: En mi década juvenil 80-90 soñé con la tecnología, con la gloria del descubrimiento,nuevos y vírgenes horizontes, mundos no introspectivos, con el poder de los hechos desvestidos de la palabra ideológica.
Verne, Asimov y Clarke eran mis héroes.
Tampoco pudo ser, efectivamente, no somos muy distintos de los que tras Mayo del 68 se pusieron la corbata.Abandonamos visiones juveniles para vivir vidas anodinas.
Ahora leo a Stanislav Lem.
Saludos
PD Me he puesto demasiado serio, leo también cosas divertidas como 'La carretera' de Cormac McCarthy ;)
Hablando de ciencias ficciones, también yo leí la trilogía de Dune allá por los ochenta, en plena adolescencia, y me encantó, aunque no me he atrevido a volver a leerla por miedo a que se me venga abajo el tinglado. Prefiero quedarme con el buen recuerdo.
También de aquella leía las sagas de Carson de Venus y demás, de E.R.Burroughs. Clarke y Lem han venido despues. Y todavía estoy agradecida por haber leído la saga de Philip José Farmer de la que hablaste tú.
En cuanto a Cormac McCarthy, su The Road me ha parecido de todo menos divertida. Desoladora, impactante, extraña... En fin, la leí de un tirón. Pero divertida...?
@VidadeNiki:era por seguir la broma, 'La Carretera' es un inquietante solar cubierto de cenizas de lo que fue y no volverá.
Saludos
PS: Un placer verte por aquí.
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