Te lo juro.Lo he vivido.
Intenté evitarlo, traté de huir de la tentación y ser casto, tener templanza.
Pero...los feriantes se me acercaban, pálidos y temblorosos bajo el peso de los libros y los metían por los huecos libres en las bolsas.No cejaban hasta lograrlo, casi los arrojaban a mis pies.
Se escuchaban murmullos : mira ahí queda un lugar, sí en esa mochila. La mochila cuadrada que de forma inocente llevaba colgada a mis espaldas, vacía por más señas.
Un suplicio, querida, créeme.
¿Ves? ahora me siento mal, me entorpecen,casi bloquean la vista de la pantalla.
Oye, por cierto,... ¿me devolverás ahora la cartera y las llaves del coche?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Espero que te gusten y haya merecido la pena :)
Aunque a mí no me engañas, que he visto tu fabulosa estantería (envidia, envidia).
@Palimp : tenía ganas de algo divertido,la verdad, que no oímos sino malas noticias.
Por cierto, casi todos son de saldos, como los de viajes a 2 ó 3 euros: me parece casi un sacrilegio y así se lo hice saber a la librera (después de comprarlos! ;)
Saludos
Me interesa que comentes (o me digas algo cuando lo acabes) del libro "La medición del mundo", de Daniel Kehlmann.
Salud!
Encantado : algo escribí de este libro hace tiempo.
Saludos
Publicar un comentario