Y es que, teniendo estas maravillosas vistas de la Caldera de Taburiente delante, he apartado por un momento la cabeza de los renglones.
Es difícil hacerse una idea de las perspectivas en una foto. Créanme, digna de ser visitada
Pero ha de volver pronto el pecador a sus lujurias y justo en el momento de embarcar he encontrado - amén de todas las tiendas cerradas - un mercadillo dominical en la capital, Santa Cruz de La Palma, donde los enanos renovarán sus danzas lustrales el próximo año.
Y de vuelta a mi tierra natal, un breve paso por Agapea, suficiente para comprar dos joyitas.
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