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lunes, 4 de junio de 2007

Freakonomics

Recuerdo que cuando estudiábamos, mi amigo N. parafraseaba a los rodríguez y canturreando entre dientes - o a viva voz - 'no importa el problema, importa la solución'

Hay más personas en esta línea de lo que podría parecer, quizá exista toda una filosofía tras estas palabras.


En concreto Steven Levitt, economista premiado con el equivalente a la medalla fields en su especialidad ( premio John Bates Clarke ) y Stephen J. Dubner, periodista del New York Times se han aliado para que seamos más conscientes de que existe solución a problemas que ni siquiera hubiésemos sido capaces de plantearnos habitualmente.




Bueno, quizá no nos preocupe saber si los luchadores de sumo hacen trampa pero sí es interesante ver cuál es la analogía con profesores del sistema educativo americano que falsean sus datos o cómo un agente inmobiliario puede no estar interesado en conseguirnos la mejor oferta por nuestra casa -esto ya lo sospechábamos Sres S. y S. -

Tal y como ellos aclaran en la introducción :

'la sabiduría común a menudo se halla mal fundamentada y resulta endemoniadamente difícil de comprender , pero puede lograrse'

También :

'Saber qué evaluar y cómo hacerlo vuelve el mundo mucho menos complicado. Si usted aprende a observar los datos del modo correcto, estará en condiciones de explicar misterios que de otra manera habrían parecido insondables. Porque no hay nada como la fuerza de los números para retirar capas de confusión y contradicción'


A mí esto me despierta ecos de las palabras del matemático J.A. Paulos en 'Un matemático lee el periódico' :

“A pesar de lo que se dice sobre el auge de los multimedia y la decadencia del material impreso, creo que las tendencias racionales que satisface la prensa sobrevivirán (si lo hacemos nosotros) y que de una u otra forma los periódicos continuarán siendo nuestro principal medio de circulación del discurso público por eso mismo deberían intensificar nuestro papel de ciudadanos y no reducirnos a simples consumidores y mirones (aunque no hay nada malo en comprar y espiar un poco).
Además de agudizar el sentido de análisis, el contexto y la presentación, hay otro aspecto, relativamente subestimado, que también contribuiría a que los periódicos cumpliesen el mencionado objetivo
:
reflejar de manera comprensible la creciente complejidad matemática de las muchas facetas cuantitativas, probabilistas y dinámicas de nuestra sociedad

En fin no lea este libro si pretende quedarse cómodamente esperando a que le interpreten en los medios de comunicación los resultados electorales, la política educativa, de defensa, económica, ...el precio del pan.

No lo lea si sólo le importa la solución, convenientemente aclarada.


Porque, a veces, como nos desvelan los chicos de Freakonomics en
su blog
una pregunta original es mejor que mil respuestas consabidas.


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