Esta entrada es una gratificación que he decidido darme.
Por fin he conseguido dar clase a adultos.
Hace años cuando por las noches acudía a mi cita diaria con la FP que cursaba y de la que tan grato recuerdo guardo, escapando del hastío de unos lamentables últimos años de la carrera, me decía cada noche en aquel amistoso ambiente entre adultos : hey tío, me encantaría ser yo quien diese las clases.
Me siento genial, además me ha servido para unas comprillas adicionales que ya comentaré y para introducirme en una especialidad que no es la mía.
Tenía ganas de decir esto : las cinco palabras que definen la situación
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