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martes, 25 de mayo de 2010

Adiós a un extraordinario divulgador

Leyendo Magonia me he enterado : el gran divulgador de las matemáticas Martin Gardner ha muerto.
Gente muy conocida como Douglas Hofstadter habla de ello.
Es el momento de volver a su prosa llena de chispazos de inteligencia, desafíos al intelecto y concesiones al humor. Recuerdo haber leído una preciosa historia que narra en ¡Aja! paradojas que hacen pensar. Si la memoria no me falla, la sección que publicaba en Scientific American se tradujo en parte en la revista Muy interesante hace años.

Desde luego, no se cansó en su larga vida de hacernos pensar.
Merece la pena leer la necrológica del Whashington Post, que traduce El País ;)

Queda agradecer el trabajo de gente como el profesor Gardner y desear larga y prolífica vida al considerado como su continuador, Ian Stewart y a todos cuantos hacen de las matemáticas un mundo más cercano al común de los mortales, despejando la parte agreste de la inmensa selva de entes lógicos que crece sin cesar.

Verdad y Belleza, sería un bonito epitafio para una vida así.

4 comentarios:

Palimp dijo...

Una gran pérdida.

pseudópodo dijo...

Gardner era un extraordinario divulgador porque era un sabio, que iba mucho más allá de las matemáticas recreativas o de desenmascarar pseudociencias... Esa profundidad se nota. Creo que ya no queda nadie comparable: la gente hoy sabe de su campo, pero suelen ser unos ignorantes cuando se les saca de ahí.

Por cierto, has estado fino diciendo que El País traduce la necológica del Washington Post. Y sin citar las fuentes. Qué cara tienen.

wraitlito dijo...

@Palimp: desde luego, aunque no sabía que fuese tan mayo.

@Pseudópodo: quizá lo que más me gusta de lo poco que conozco es su capacidad para quitar pomposidad a las matemáticas.
El plagio de El País es vergonzoso, incluso se han permitido poner al final el enlace al artículo copiado sin el menor rubor XD

Toni Solano dijo...

Recuerdo el libro ¡Ajá! Paradojas... como uno de los objetos a los que más cariño tuve durante mi adolescencia, hasta el punto de no atreverme a prestarlo nunca. no es fácil encontrar divulgadores de las ciencias (y de las letras) con tanta valía como Gardner.
Un saludo.