Acudo como cada año - y deben ir rondando 25 porque esta es la edición que se cumple en 2013 - a la feria del libro.
Este año parece que han reflexionado y han aunado, como en sus orígenes,la feria de las flores con la del libro. Pero, ay de mí, han sobreabundado en coincidencias y han puesto también la feria de la artesanía y además casetas dedicadas a alimentación - quesos, postres, rosquetes...-
El problema es el espacio.
¿ve esta imagen del parque? añada 3 personas por metro cuadrado... ¿sigue viendo la caseta?
Incluso con el recorte espectacular a la frondosidad del parque García Sanabria, acaecido hace un par de años, todos y cada uno de sus espacios disponibles, así como los caminos que los conectan yacen ocupados por casetas de toda índole. Público de todo tipo e intereses se agolpa sin espacio para el tránsito en estrechas vías asfaltadas donde se ha extendido incluso una alfombra roja (es día 1 de Mayo) para un pase de modelos y lo peor : las propias casetas de exposición.Son minúsculas.
Revisando las fotos del pasado año por si me traicionaba la memoria lo he comprobado.
El espacio del que cada caseta disponía ha mermado -¿los recortes?- y se ha visto reducido a unos exiguos 6 u 8 metros cuadrados. Vamos, el librero sale para que ud. y quizá otros dos afortunados compradores puedan entrar en un rinconcito y mirar con un suerte un instante mientras fuera esperan, ojeando ávidos sin atreverse a entrar empujando, otras gentes de bien.Solo vi una autora firmando pero estoy seguro que no pudo almorzar mucho so pena de no caber a la vuelta en el mísero espacio que tenía asignado.
En esta tesitura es difícil encontrar libros que puedan suponer alicientes o novedades. Los libreros no arriesgan y exponen aquello que encontrarían uds en cualquier expositor de batiburrillo : bestsellereo, temas y autores de actualidad y demás.
Para más inri han desaparecido casetas cuya presencia daba sabor propio a la feria, recuerdo al menos :
La de los libros de esperanto que formaban parte de una asociación que lo promocionaba.
La de la ULL que exponía las publicaciones anuales de la universidad y algunas sorpresillas.
La de los libros en miniatura que tenía auténticas preciosidades no aptas para gente con presbicia.
La de las asociaciones de caridad que vendían libros de segunda mano.
La de cómics(¿Dagobah?) y de la que tanto aprendí el pasado año.
Desde aquí un lector y comprador lo manifiesta con pesar : la feria del libro de Santa Cruz siempre consigue decepcionar incluso mis expectativas menos halagüeñas
Triste, muy triste, la comparación con
la feria 2012.
Los libros que compré ¡dos! : en la librería del Cabildo y en Masilva, la sorpresa positiva por su variedad.
Lo peor de todo: me conozco y quizá vuelva