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miércoles, 23 de septiembre de 2009

LJ : un pitagórico en Zaragoza

Me entero a través de 'Tito Eliatrón dixit' y de la magnífica Gaussianos que L.J.,mi antiguo profesor de métodos matemáticos IV, ha conseguido encontrar una nueva relación numérica donde Pi aparece mágicamente al estilo de la de Euler.


No, no me pregunten qué significa. Bueno, al menos, no por el miembro derecho de la ecuación ;)
Consultado mi admirado colega N., tesinando que fue de LJ, me ha remitido a esta página de la que he huido algo espantado.

En 1998 un grupo de profesores del departamento de física teórica de la universidad de Zaragoza (...aquí me parece estar oyendo cierta música) del que LJ formaba parte, se reunió con imberbes estudiantes en una charla informal . Allí hablaron sobre su visión del estado de la física y su futuro.

Anonadado por el marco y la compañía, no intervine. Recuerdo vagamente a un compañero hablar de cómo, para él, la física iba a evolucionar en el futuro a base de modelos de cosas cotidianas - pero complejas - como las nubes.

Se me quedó en cambio, la impronta de la profunda convicción de nuestros profesores de cómo las matemáticas subyacen en la naturaleza; ni siquiera una pequeña inquietud por su irrazonable efectividad parecía asaltar las convicciones de aquellos pitagóricos convencidos. Había un orden establecido por la teoría de representaciones de grupos que se correspondía con la clasificación de las partículas elementales y había unas simetrías de los lagrangianos que se correspondían con cantidades conservadas y ... parecía que se encontrase lo que se encontrase encajaría con algún modelo matemático, algo que , a priori, me parece bastante inconcebible.

¿Por qué habría de encajar la naturaleza con nuestras construcciones lógicas?


No me vale el argumento de la experiencia cotidiana y del orden causa - efecto porque de hecho hablamos de sucesos absolutamente fuera de nuestro marco de percepción : somos demasiado grandes y lentos ( o todo lo contrario ) en decenas de órdenes de magnitud para apreciarlos.

En el libro 'Pasiones, piojos, dioses y matemáticas ' Antonio J. Durán razona así :

'Ramón y Cajal escribió :"En tanto nuestro cerebro siga siendo un misterio, el universo, el reflejo de la estructura del cerebro, también será un misterio" O sea, la rareza de las matemáticas no sólo sea el reflejo de nuestro extraño cerebro : tal vez también refleje el no menos insólito mundo que nos rodea. Eso podría explicar también por qué no es infrecuente que el cerebro humano dé a luz rarezas que nos desvelan el camino correcto para entender la naturaleza'

Suena bonito, pero me parece carente de cualquier prueba y fomenta el mito de que nuestro cerebro es lo más complejo del universo, lo que demuestra lo poco que conocemos nuestro universo y lo mucho que amamos nuestro cerebro - aunque luego lo usemos poco -

El caso es que realmente las matemáticas son - hasta el presente - efectivas para fundamentar teorías predictivas sobre la naturaleza.
las causas subyacentes siguen siendo un hermoso misterio.

Felicidades LJ, misteriosamente, has atrapado un poquito de la etérea música del universo.

2 comentarios:

Damián Marrero Real dijo...

Justamente hoy, en la clase de Hª de la Filosofía, tocaba hablar de Pitágoras y comenté que había aún mucho pitagórico suelto. ¿No será un exceso, y quizás inevitable, exceso de "antropocentrismo"?

wraitlito dijo...

Quizá.
Aunque,en este caso, más que el anthropos, es el 'número' el que está en medio.

Saludos