Dividido en capítulos cortos, está cargado de anédotas de su ejercicio profesional, del quehacer de muchos médicos en épocas pasadas, de reflexión y de amena lectura.
Algunas de las historias tienen un deje a si non e vero e ben trovato y casi todas dejan una leve sonrisa en nuestros labios tras leerlas, como un regusto a confidencia entre amigos, esas charlas con las que soportamos mejor el peso de lo cotidiano, en este caso, el peso del dolor y la enfermedad, la suspicacia o la fe ciega del enfermo y la ignorancia, sapiencia o dudas del médico.
Antes de ojearlo de nuevo en mi memoria sólo había retenido del libro lo siguiente :
'Un médico cura, dos dudan, tres matan' conclusión con la que no puedo andar más de acuerdo.
Tengo en mi poder unos cuantos libros de escritos por médicos, como Oliver Saks, hombres instruidos y capacitados que demuestran un poder de observación de todas las facetas de la persona necesitada de su ayuda. Lo que viene a ser un paciente, vamos.
Ojalá nuevos recortes y restricciones,supuestamente debidos a la sempiterna crisis, no hagan desaparecer a la gente preocupada y capaz.
La gente que se preocupa por otra gente.
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